Brisa Helada...

Erase una vez... un hombre sin sonrisa,
con la mirada baja, caminando sin prisa,
atrapado en si mismo, encerrado sin salida,
evaluando la suerte, que debía seguir su vida.

Pasó el tiempo, pero no el sentimiento,
las mismas preguntas, quemando a fuego lento,
había calor suficiente, para sellar un destino,
pero no se puede elegir, lo que no estaba previsto.

Apareció de la nada,

una agradable brisa helada,
restaurando un alma,
que se quemaba.

Una voz dulce, acompañó su silencio,
dos manos tibias, abrigaron su cuerpo,
buenos momentos, forjaron lazos muy gruesos,
hasta que fueron rotos, por el paso de tiempo.

Lo bueno nunca dura,
porque la vida es muy dura,
y así tal como llegó,
esa brisa se marchó,
dejando lluvia,
a su alrededor.


Como el final de una novela, ese cariño se fué,
se esfumó hasta apagarse, como un nublado atardecer,
 nada se podía hacer, mas solo ver,
 la oscura noche volviendo a caer.


Queda un sabor amargo,
pero gracias a eso, lo dulce es mas disfrutado.
Queda un cuerpo frío,
pero gracias a eso, menos calor es necesario.
Quedan pesadas cadenas, de aquellos lazos atados,
pero gracias a eso, hay mas fuerza para seguir luchando.
Queda un triste adiós,
 pero gracias a eso, hoy me llené de inspiración,
porque lo bueno nunca va a durar,
pero lo que queda... es lo que me ha hecho perdurar.